1. ¿En qué se
diferencia una norma social de una norma jurídica y de una moral?
Partiendo de la base que las
normas afectan a las personas, existen tres diferencias fundamentales entre una
norma social, jurídica o moral: en cuanto al ámbito donde actúan, si están
escritas o no y qué ocurre cuando se incumplen.
Diferencia en cuanto al ámbito de
actuación: una norma social afecta a la persona conforme a la
sociedad en la que vive, frente a una norma política que afecta a la persona en la medida que ésta
pertenece a una comunidad política. En la medida que las personas viven en una
sociedad están afectados por normas jurídicas o políticas, pero el ámbito de
las normas sociales es mayor porque afecta a las costumbres, tradiciones y usos
de las personas. En el caso de las normas morales, el ámbito se
concentra en la persona y en su comportamiento
en relación con otras personas con las que convive.
Diferencia en cuanto a si las normas están
escritas o no: solo las normas políticas están escritas. Estas normas son publicadas por una autoridad política para
que se conozcan y sirvan para regular la convivencia de las personas dentro de
la sociedad. Tanto las normas morales como las sociales no están escritas
y se conocen en función del ámbito. Es decir las normas sociales se conocen en
relación a costumbres, tradiciones o usos. Sin embargo las normas
morales se reconocen en relación a la conciencia de la persona y al
comportamiento bueno o malo en relación con otras personas.
Por ejemplo hay normas sociales
en países asiáticos que rigen que se tiene que comer con la izquierda, que no
se utiliza cubierto, o que eructar después de comer indica que la comida es de nuestro
agrado. Sin embargo en Occidente existen otras normas sociales que regulan el
comportamiento en la comida y que en los dos casos no están escritas pero son
aceptadas o rechazadas según donde nos encontremos.
Diferencia en cuanto a las consecuencias si
se incumplen: las normas políticas son las únicas que tiene
carácter jurídico, es decir, su incumplimiento puede denunciarse a la
autoridad y ésta puede hacer uso de la fuerza para sancionar al infractor,
con el objetivo de reponer los daños que se hayan causado. Tanto en las
normas sociales como en las normas morales su incumplimiento
genera una acción de reproche o rechazo dentro del ámbito de cada norma. Es
decir, una norma social que se incumple genera un rechazo social, por ejemplo
si no realizamos un saludo de cortesía
la otra persona puede dejar de hablarnos. O en el caso de una norma moral el rechazo
se produce hacia uno mismo como
auto-reprocharse o remordimiento. En el
ejemplo anterior la persona que no ha saludado puede sentir remordimiento de
haber denegado el saludo a otra persona.
2. ¿Se te ocurre un
ejemplo de una norma jurídica que pudiera ser inmoral?
Voy a poner ejemplos de normas
que se presentan como legales, legitimadas por una minoría o por los gobiernos
interesados, pero que son ilegítimas desde un punto de vista moral y ético
porque atentan contra los principales derechos humanos.
Normativa que regula el comercio de las armas:
Hemos visto varias noticias donde
por ejemplo en Estados Unidos se han producido matanzas en centros escolares
realizadas por perturbados que poseían
armas de forma legal. La sociedad exige la prohibición y regulación del
comercio de armas. Pero sin embargo, el gobierno no llega a un acuerdo para
conseguir una regulación de este mercado.
Además existe una asociación nacional del rifle que defiende el comercio de
armas, que tiene 4,5 millones de socios y
anuncia que la única forma de detener a un asesino es con un arma.
Este es un caso que muestra cómo
un gobierno legaliza normas para el comercio y tenencia de armas que sólo son reconocidas
por una minoría, que se legitiman en beneficio de los intereses económicos de una
industria que genera muchos beneficios, pero que sin embargo atentan contra el
derecho fundamental a la vida, porque indirectamente
se está legalizando o justificando que una persona pueda matar a otra.
Y aunque estas leyes son
rechazadas por una mayoría de la población que pide una mayor regulación para
evitar que puedan repetirse hechos como
los ocurridos en Newtown, el gobierno
legitima el comercio de las armas a través de procedimientos legales.
Ley de la pena de muerte:
Estados como el de California,
Florida, Texas o Pensilvania tienen leyes que regulan la pena de muerte. Y aunque
estas leyes son rechazadas por la mayoría de la población y atentan contra el
derecho a la vida, el gobierno encuentra la forma legal de legitimar estas
normas desde el punto de vista jurídico.
3. ¿Se te ocurre un
ejemplo de una acción moralmente buena pero ilegal?
Para encontrar ejemplos de
acciones legítimas desde un punto de vista moral y ético, pero contrarias a las
normas legales, podemos recurrir a acciones de grupos sociales antes las
leyes de los gobiernos. Uno de estos casos lo tenemos en lo ocurrido en 15-M
en la Puerta del Sol. El origen de este movimiento fue la movilización de
la sociedad sin permiso de la autoridad pública, por lo que la manifestación
era ilegal. Sin embargo la manifestación era apoyada mayoritariamente por la
sociedad, porque en principio defendía derechos del ciudadano que desde un
punto de vista ético eran buenos, como el derecho a la libertad de expresión.
Otro ejemplo relevante que está
en la lista de tareas pendiente de muchos países, es la regulación de la
eutanasia, es decir regular las leyes para que las enfermos desahuciados
puedan tener el derecho a elegir una muerte digna.
A día de hoy, las leyes prohíben
que una persona en estado terminal, que se mantiene con vida por medio de
máquinas, pueda interrumpir su sufrimiento para morir de una forma digna, sancionando
a las personas (médicos o familiares)
que le hubieran ayudado. Este es un caso donde las leyes son legales y legítimas
reconocidas por todos porque defienden el derecho a la vida, pero moralmente
son ilegítimas para las personas que prefieren morir antes que vivir en
condiciones de sufrimiento y sin calidad de vida. Por ello aunque las acciones de las personas
que ayudan a estos enfermos sean moralmente buenas son ilegales frente a la ley
y pueden ser sancionadas.
4. ¿En qué se
diferencian la legalidad y la legitimidad?
La legalidad de una norma se
basa en que cumpla requisitos formales o procedimientos para poder aplicar la
norma. Es decir, en el caso de
una norma jurídica, es legal en la
medida que cumple estrictamente las leyes que la autoridad política ha definido,
con el objetivo de dirigir la conducta de las personas de forma eficaz dentro
de la sociedad. O en el caso de una comunidad de vecinos una norma es legal en
la medida que cumple con los requisitos de los estatutos de la comunidad.
Sin embargo la legitimidad de
una norma se basa primero en que tiene que ser legal y segundo que tiene que
ser justa.
De manera que puede ocurrir que normas
que cumplen el principio de legalidad, es decir que cumplen lo establecido por las
leyes conforme al rango establecido por el sistema jurídico (la ley de mayor
rango es la constitución), puedan considerarse ilegítimas para un grupo de la
sociedad por considerarse injustas. O al contrario que se consideren legítimas
porque un grupo minoritario las considera justa, en contra de una mayoría.
Por tanto la legitimidad tiene
que ver con la legalidad y con la ética.
5. ¿Cuáles son las
condiciones para que la autoridad se considere legítima?
La autoridad en cualquier
de los ámbitos (dentro del Estado, empresas, comunidades, etc.), se define como
la capacidad o poder para influir sobre otras personas o cosas.
Por definición la autoridad no
se puede ejercer si no es concedido el derecho a ejercerla. Sin embargo la
autoridad aunque haya sido concedida legalmente, puede ser reconocida o no y en
ese sentido podemos hablar de autoridad legítima si es reconocida o ilegítima
si no es reconocida.
Por ejemplo una persona puede ser
presidente de un país de forma legal, es decir, los ciudadanos han concedido la
autoridad a esa persona por medio de las urnas y es legítima porque es
reconocida por una mayoría de ciudadanos. Sin embargo al ejercer durante su
mandato un abuso de poder, los ciudadanos pueden considerar ilegítima esa
autoridad y proponer su sustitución por medio de las urnas o por otros medios.
Por ello las condiciones para
que una autoridad sea legítima son: un saber y el reconocimiento del
resto de las personas. El saber podemos definirlo como la capacidad para
poder desempeñar la autoridad, la capacidad de poder influir en otras personas
o cosas, la capacidad de llevar el mando y dirección. Sin embargo una mayor o
menor legitimación se produce por un mayor o menor reconocimiento público.
Por regla general las autoridad
se consigue de forma legal y por el reconocimiento de una mayoría, pero a lo
largo de la historia conocemos casos de gobernantes que han conseguido la
autoridad ilegalmente pero que cierto reconocimiento público han legitimado su
autoridad y de ese modo ha permanecido en el poder. Podemos citar el caso de
Venezuela o Cuba.