miércoles, 22 de mayo de 2013

Reflexión final


A lo largo de esta reflexión relacionaré los conceptos estudiados en ética con algunos de los pensamientos que iba teniendo mientras veía fotos con mi familia, e introduciré algunas citas que me gustan.

A quién no le ha pasado que mientras vemos las fotos familiares vamos reviviendo momentos de nuestras vidas que los padres y abuelos  recuerdan con tanto detalle. Pues bien, eso me ayudo a reflexionar que los cambios en  mi  vida se producen por factores que no pude elegir cuando era niña, pero que con el tiempo soy yo quien puede transformarla  a partir del aprendizaje y la libertad de tomar decisiones. 

Así,  cuando nacemos existen factores genéticos que definen el temperamento, pero según vas creciendo el carácter se va transformando condicionado por factores sociales y culturales (como son la familia, el entorno social, la educación recibida). ¡Qué suerte la mía haber tenido mi familia, y el entorno social donde he crecido!

Pero sin duda el paso más importante fue desarrollar la capacidad de razonar y la capacidad del lenguaje. Gracias a ello,  somos capaces de desarrollar nuestra inteligencia y habilidades que permiten  una autorregulación personal,  pero también habilidades interpersonales como la empatía. 

Después seguimos cambiando a partir de lo que aprendemos,  de nuestras propias vivencias  y de las decisiones que tomamos. Somos libres de moldear nuestra conducta a pesar de los determinismos sociales que nos toque vivir, somos libres de equivocarnos o acertar. 

Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos. (Albert Einstein).

Mis padres me recuerdan lo importante que es desarrollar la inteligencia emocional, y ahora comprendo por qué. Nuestra intersubjetividad, es decir la necesidad de compartir conocimientos y sentimientos con las personas que nos rodean, nos permite tener una vida social completa, y para ello necesitamos desarrollar el autocontrol de nuestras emociones, fomentar la empatía, mantener la motivación que nos hace tomar la iniciativa y ser positivos ante cualquier situación, trabajar habilidades sociales como el dialogo y el debate, y por su puesto reconocer mis capacidades y confiar en ellas.

Pero en mi opinión el origen y el motor de esta evolución depende de dos capacidades que nos diferencian del resto de las especies, la afectividad y la voluntad.

Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad. (Albert Einstein)


Vivimos en el mundo cuando amamos. Sólo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida. (Albert Einstein)

Pero muchas veces me pregunto ¿somos realmente libres de hacer los que queramos? Esta respuesta no tiene un sí  o un no sin matices. Hay momentos que las normas, las leyes y las costumbres de la sociedad donde vivo condicionan mi libertad, es decir mi libertad interna choca con mi libertad externa.


No se nos otorgará la libertad externa más que en la medida exacta en que hayamos sabido, en un momento determinado, desarrollar nuestra libertad interna. (Mahatma Gandhi)


Como dice Gandhi no podemos anteponer nuestra libertad interna a la del resto, sin ignorar cuales son las responsabilidad de los actos realizados. Debemos ser capaces de modelar la libertad interna a partir de actitudes y hábitos para conseguir valores y virtudes que permitan una vida moral alta.


Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo. (Gandhi)


Por lo tanto la moral es una proyección de nuestra vida donde hay componentes de conocimiento aprendido (influencias culturales y sociales), componentes de comportamiento que moldean el carácter de las personas y componentes afectivos (sentimientos y emociones). ¡Otra vez  la afectividad y el amor, que importantes son!

Con la moral corregimos los errores de nuestros instintos, y con el amor los errores de nuestra moral. (José Ortega y Gasset)


Cuando llegamos a las fotos de Berlín, el viaje que he realizado este año, hubo una experiencia muy importante que me hizo reflexionar sobre la moral, la justicia y las desigualdades.

Visitamos el campo de concentración de Sachsenhausen a las afueras de Berlín. En esta visita guiada, mientras nuestro guía Andrés nos explicaba la historia, pude distinguir todos los modos de discriminación posibles. Racismo, xenofobia, discriminación por sexo, por religión, por ideología. No se cumplían ninguno de los derechos humanos universales, ni si quiera el más elemental que moralmente pueda tener un ser humano, tratar a las personas con dignidad y respeto.

Para que os deis una idea del horror solo comentaré algunos puntos que me impresionaron:

Este campo concentraba presos políticos, de guerra, contrarios al régimen, judíos, gitanos, homosexuales, pero no fue un campo de exterminio. Sin embargo fue un lugar donde se experimentaron los peores horrores que luego se aplicarían en los campos de exterminio. Y fue el laboratorio de empresas que se enriquecieron en pro del régimen a costa de mano de obra esclava.

Pero sobre todo fue el lugar donde se desarrolló el método que permitía despojar al ser humano de toda su esencia y al mismo tiempo inculcar en el ejecutor o carcelero que lo que estaba haciendo era legitimo. Pongo algunos ejemplos:

  •  Los presos eran llevados al recinto sin saber su verdadero destino, pero una vez dentro se les quitaba todas sus pertenencias y se le separaba de sus familias y amigos. Esto eliminaba cualquier signo de afectividad de su anterior vida.
  • Después se eliminaba su nombre (se le daba un número que debía pronunciar en alemán), se le quitaba la ropa y debían vestir de la misma forma. De esta manera se elimina la identidad.
  • Lo único que le quedaba al preso era su voluntad y la esperanza de adaptarse para poder sobrevivir. Sin embargo esto también se le arrebataba, porque cualquier preso podría ser asesinado incluso cumpliendo las normas. El destino de los presos era la voluntad de los carceleros.
  • Por último acababan con la afectividad de los presos dentro de los barracones. No había amigos porque la supervivencia suponía no perder tu cuchara (o plato) para poder comer, o dormir arriba o abajo dependiendo de la estación del año (litera de tres camas y dormían dos por cada cama).
  • Los barracones eran gestionados por criminales que recibían tratos de favor. Y las tareas como la recogida de los muertos se llevaba a cabo por los propios presos.
  • Se ejecutaron a más de 30.000 personas. Se experimentaron métodos donde el ejecutor no veía a su víctima, por tanto no sentía culpabilidad, era su trabajo.












Una de las preguntas que nos hicimos todos fue, ¿por qué la sociedad permitió esta barbarie?

Una de las causas fue el miedo.  El partido nazi impuso normas jurídicas y legales, legitimadas por una minoría pero ilegitimas para la mayoría porque no eran morales ni justas. Pero cuando se quiso reaccionar era tarde, estas normas permitían castigar a cualquier que fuera contrario al régimen, enfrentando a vecinos y amigos. El miedo y el odio se apoderaron de la sociedad. Cito una fragmento leído durante el tour, de un libro escrito por un preso alemán que estuvo en el campo de concentración acusado de ir en contra el régimen.


Vinieron a por los comunistas y me callé, vieron a por los sindicalistas y no dije nada, vinieron a por los judíos y no hice nada, vinieron a por mí pero cuando grité no quedaba nadie.


Otra causa fue el silencio. Las libertades se redujeron y nadie podía expresar su verdadera opinión.


Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos. (Luther King)


Por último otra de las causas fue la imposición de una educación parcial que fomentaba el régimen y estaba basada en el odio al extranjero, al comunista, al judío, homosexuales, gitanos, etc. Los medios de comunicación se manipularon emitiendo información falsa, propaganda que permitió mantener oculta la realidad, fomentando la xenofobia y el racismo.


                   Donde hay educación no hay distinción de clases. (Confucio)


         Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda. (Luther King).



Hoy vivimos en un proceso de globalización, las tecnologías nos permiten disponer de información online, nos permiten viajar y conocer otras culturas, podemos comprar en otros países sin movernos de casa, se ha producido un avance social muy importante. Pero a la vez se ha producido una brecha digital, aumentando las desigualdades:


  • Aparece una brecha generacional, porque las personas mayores como mis abuelas, no saben utilizar (ni quieren) la nuevas tecnologías y esto impide que puedan acceder a ciertas tareas.
  • Aparece una brecha moral y social.  Las desigualdades económicas entre países y el reparto desigual de los recursos generan más pobreza y discriminación. El acceso a las nuevas tecnologías no es igual para todos.

Termino con dos citas que resumen mi reflexión:

 ¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio. (Einstein)


Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos. (Luther King)